La Podología geriátrica se encarga del estudio y valoración del pie del paciente anciano, los cuales suelen presentar un conjunto de alteraciones debidas, fundamentalmente, al deterioro del organismo.
Los mayores deben cuidarse igual o más que los jóvenes, sus pies son su seguro de vida. Un cuidado adecuado puede mejorar su independencia, prevenir caídas y otros problemas relacionados con la disminución de la movilidad.
Con el aumento de la edad se observa una pérdida de la movilidad articular, por ello ciertas alteraciones se hacen más evidentes y empiezan a causar problemas.
También se produce una pérdida del tejido adiposos plantar (grasa plantar), en consecuencia se hacen más prominentes los rebordes y zonas de apoyo óseas, lesionando la piel y provocando sobrecargas dolorosas. De forma secundaria, aparecen las hiperqueratosis (durezas), y metatarsalgias (dolor en la zona de apoyo anterior del pie).
El Podólogo puede ayudarte a mejorar estas lesiones, ya que dispone de diversos materiales que usados en unos soportes personalizados de forma adecuada van a equilibrar o compensar el pie sustituyendo la falta del tejido adiposo.
Algunas de las patologías más frecuentes que encontramos en los pies de los ancianos son:
Alteraciones óseas:
- Juanetes (Hallux abductus valgus).
- Dedos en garra, martillo…
- Dedos superpuestos (clinodactilias).
- Pies planos adquiridos en la edad adulta.
Uñas:
- Uñas clavadas ((onicocriptosis).
- Uñas engrosadas, endurecidas y resecas (onicogrifosis).
- Hongos en las uñas (onicomicosis).
- Uñas curvadas o uñas en teja.
- Uñas anormalmente delgadas que van perdiendo su convexidad (coiloniquia).
Vasculares:
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- Trombosis venosas.
- Insuficiencias vasculares (venosas y arteriales).
- Tromboflebitis.
Dérmicas:
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- Durezas (hiperqueratosis), sobre todo en zonas de apoyo plantar.
- Pérdida del grosor de la grasa plantar.
- Callos, clavos (helomas), en cualquier zona que presente prominencia ósea.
- Ojos de gallo (helomas) que se localizan entre los dedos.
- Sequedad en la piel, grietas, heridas, úlceras.
- Cicatrización más lenta.
- Pie de atleta (hongos, tiña), infecciones dérmicas producidas por diferentes microorganismos patógenos.
Con la edad hay que buscar una buena calidad de vida, y unos pies sanos o compensados permiten caminar sin sufrimientos, que es una de las principales necesidades para mantener un buen estado general. Si sufrimos de problemas en los pies y no los tratamos, empezaremos a tener una vida más sedentaria que puede empeorar nuestro estado circulatorio y articular.
Además, el engrosamiento de las uñas y las alteraciones en la piel pueden esconder lesiones e infecciones.
Como Podóloga puedo ayudarle a conservar unos pies saludables, que le permitirán mantener una vida más independiente.
Lo más importante para estas alteraciones es la PREVENCIÓN.